Fue compuesta y mandada publicar por el Sr. Obispo de Tucumán, Dr. D. Pablo Padilla y Bárcena.
Oh, amabilísima Madre mía; que bajo el hermoso título de Virgen del Valle, y por medio de tu coronada imagen, venerada en tu santuario de Catamarca, derramas abundantemente los dones de la gracia, te ruego, Madre mía, me obtengas de tu divino Hijo Jesús, un vivo dolor de mis culpas y esa pureza de espíritu y de corazón que conduce al perfecto amor de Dios.
A ti, que nada deseas tanto como que Jesucristo reine en los corazones de los hombres, y que los derechos de su divina soberanía sean reconocidos y acatados, te ruego, amadísima Madre mía, mires siempre con amor y compasión a tu favorecido pueblo de Catamarca, a la Diócesis de Tucumán, a su Pastor y ministros del altar, a sus governantes y magistrados y a toda la Nación Argentina, a fin de que tu dulce Jesús sea conocido y amado por todos sus hijos, y su reinado social establecido y afianzado.
Presenta, dulcísima Madre mía, al Eterno Padre, con esta mi pobre súplica, la sangre y amor del Corazón de Jesús, tus propios dolores y merecimientos y los de todos los bienaventurados, para desagraviarle de las injurias y ofensas que diariamente recibe.
Intercede por el Romano Pontífice y por la Iglesia toda, a fin de que sean abreviados los días de prueba, y brille pronto el triunfo de la verdad, de la justicia y de la caridad; y por todos los infieles herejes y pecadores, para que se conviertan y vivan.
En fin, Madre mía, otórgame la gracia de amarte siempre como hijo agradecido, y no desagradar jamás a Jesucristo con mis ingratitudes, para que así pueda gozar de tu dulce compañía en el cielo. Amén.
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